Un reducido grupo de corporaciones, nacionales y extranjeras, a partir de las variaciones del tipo de cambio, fueron los grandes impulsores de la inflación en la Argentina. Esto tuvo como consecuencia una concentración de la riqueza en el sector empresario, y una caída del salario real de los trabajadores argentinos. Las principales empresas energéticas privadas tuvieron en este primer trimestre un incremento en sus ingresos de entre el 22 y el 130 por ciento en términos reales respecto al primer trimestre de 2023.
El sector energético, junto con los bancos y alimenticias, son los principales beneficiarios de este modelo donde la anarquía de precios y ganancias se libera y se reprime cualquier suba de salarios. En este contexto,. Sin embargo, si miramos la ganancia neta, es decir después de deducir los costos, los impuestos y las inversiones financieras, incrementaron sus ganancias entre un 81 por ciento y un 5378 por ciento.
«Para poner un ejemplo simple y cotidiano de la mega rentabilidad generada por la liberalización total de precios del gobierno veamos el precio de la nafta. Mientras hubo una devaluación del 118 por ciento en diciembre, la nafta aumentó un 276 por ciento desde que asumió el Gobierno. Este aumento sideral de precios fue a parar principalmente a las grandes petroleras que venden combustible, como Pan American Energy o YPF, administrada por ex directivos de Tecpetrol», señala el informe de la consultora OCIPEx.

«Mientras tanto, según el INDEC y la Secretaría de Empleo los salarios reales del sector registrado cayeron entre un 14 y 25 por ciento, los públicos un 25 por ciento y los informales un 40 por ciento, en el primer trimestre. La caída en ventas en supermercados y de la actividad se compensa con los aumentos de los márgenes y las ganancias financieras, por ahora». detalla el informe bonaerense.
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