El fútbol argentino está de luto por el fallecimiento de Jorge Bernardo Griffa, histórico entrenador de juveniles y descubridor de jóvenes talentos que luego triunfaron a nivel nacional y en el mundo. Sus tareas más destacadas fueron en Newell’s, donde también fue futbolista y le dio oportunidades a jugadores que brillaron al igual que en Boca Juniors. El club rosarino confirmó su partida en sus redes sociales.
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de Jorge Bernardo Griffa. El Maestro, símbolo indiscutido de Newell’s, fue jugador, técnico de inferiores y el creador del semillero leproso que dio enormes figuras al mundo. Tu legado siempre será parte de nuestra historia, que en paz descanses”, informó La Lepra.
Como formador de futbolistas, puede preciarse de que pasaron por él nada menos que Jorge Valdano, Américo Gallego, Ricardo Giusti, Gabriel Batistuta, Fabián Basualdo, Roberto Sensini, Fernando Gamboa, Mauricio Pochettino, Gerardo Martino, Juan Simón, Walter Samuel, Maxi Rodríguez, Aldo Duscher, Julio Zamora, Abel Balbo, Pablo Guiñazú, Gabriel Heinze, Santiago Solari, Diego Mateo, Víctor Civarelli, Norberto Scoponi, Julio Saldaña, Eduardo Berizzo, Juan José Rossi, Víctor Ramos, Gustavo Dezotti, Ariel Cozzoni, José Luis Pavoni, Sergio Almirón, Bruno Marioni, Darío Franco, Iván Gabrich, Marcelo Escudero, Pablo Paz, Juan Manuel LLop, Leonardo Biagini, Alfredo Berti, Lucas Bernardi, Lionel Scaloni, José María Bianco, Damián Manso, Enzo Bulleri, o Marcelo Bielsa, todos de la escuela de Newell’s.
“De pibe me decían “aceite quemado” porque mi mamá me peinaba con gomina y parecía que tenía aceite en la cabeza, y era hincha de Independiente por mi tío Carlos, que me insistía, porque mi padre era de Banfield, pero nunca se opuso. Me gustaba mucho Ernesto Grillo y antes de ingresar a Newell’s como jugador, tuve el privilegio de conocer a Vicente de la Mata cuando yo tenía 15 años y él jugaba en un torneo de veteranos en Arteaga y me pasaba a buscar a Casilda para que fuera. A ellos yo los juntaba en las figuritas”, recordó en una entrevista.
Antes de recalar en Newell’s pudo haber jugado en Platense (“me querían fichar pero no tenían pensión y me tuve que volver”) y hasta Rosario Central (”me probé allí por Rímini, un periodista rosarino, y gusté, pero “el alemán” Chelli, un maestro de Newell’s, me fue a buscar a Casilda y me convenció. Mi ilusión, en ese entonces, era jugar en un equipo profesional”).