«Este acuerdo forma parte de una estrategia integral que refuerza la política monetaria de la Argentina y fortalece la capacidad del Banco Central para responder ante condiciones que puedan derivar en episodios de volatilidad en los mercados cambiario y de capitales», concluyó el organismo que preside Santiago Bausili en un comunicado.
Este tipo de acuerdos no es nuevo a nivel internacional, aunque no se da con frecuencia. El último antecedente de un swap de gran magnitud por parte de Estados Unidos fue en 1994, cuando ayudó a México durante la llamada “crisis del Tequila”. En el caso argentino, el funcionamiento sería similar al convenio vigente con el Banco Popular de China, en el cual los fondos pueden activarse por tramos y devuelven con intereses en un plazo determinado.